Desbordan el IAGO en el adiós al maestro Francisco Toledo

Familia, amigos, trabajadores, medios de comunicación y la sociedad en general se dieron cita en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), creado por el artista plástico Francisco Toledo, para dar el último adiós a quien dedicó toda su vida a dar a manos llenas al estado y sus habitantes.

Con la partida de Francisco Benjamín López Toledo, Oaxaca se queda huérfana, aseguraron quienes se dieron cita en el IAGO para acompañar a la viuda del artista, Trine Ellitsgaard, y a sus hijos Sara y Benjamín López Ellitsgaard (de su último matrimonio), así como a Natalia López Paz, Jerónimo (Dr. Lakra) y Laureana López Ramírez (hijos de un matrimonio previo).

El segundo patio del instituto fue adornado con dos mesas y un mantel diseñado por el artista plástico, donde colocaron una pintura de Francisco Toledo de su serie de autorretratos llamada La mano que saluda, creada en 2017 en acuarela. Poco a poco se fue llenando el lugar; trabajadores y amigos se encontraron para el homenaje programado a las 17 horas.

Arribó el filántropo Alfredo Harp Helú junto con la presidenta de su asociación civil, María Isabel Grañén Porrúa, quien vino a la entidad a trabajar por invitación de Toledo; también llegó la fotógrafa Graciela Iturbide, quien a través de los años realizó diversos retratos del artista y defensor de los derechos humanos.

Ante la gran asistencia, los colaboradores tuvieron que hacer una valla para que los familiares pudieran ingresar. Así fueron entrando al recinto uno a uno. La primera en llegar al segundo patio fue Trine Ellitsgaard, seguida de Natalia, Dr. Lakra, Laureana, Sara y Benjamín, quienes recibieron el cariño de todos; abrazos y condolencias no faltaron.

Toda la familia se sentó del lado izquierdo del lugar, Sara y Benjamín se levantaron y fue Sara López, presidenta de la Fundación Amigos del IAGO y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, la encargada de agradecer las muestras de cariño hacia su papá. Con palabras entrecortadas, señaló: “Estamos muy agradecidos toda la familia con sus muestras de cariño, todo continúa; gracias por venir al IAGO, es y será siempre la casa del maestro”.

Luego tomó la palabra Laureana, quien agradeció las muestras de cariño, pero además llamó a todos a honrar la memoria de su padre con acciones, “seguir el ejemplo, seguir haciendo estas cosas que él hizo tanto, más bibliotecas, más museos, más cosas para toda la gente, sigamos con ese ejemplo”.

Los presentes respondieron con aplausos a la memoria de Francisco Toledo, mismos que se prolongaron por más de cinco minutos, tras lo cual comenzaron a retirarse. Los primeros en hacerlo fueron Jerónimo y Natalia, a quien le preguntaron “¿a dónde?”, a lo que respondió: “cómo decía mi papá, a la chingada”, y salió del lugar. Laureana permaneció algunos minutos más y se retiró. La familia López Ellitsgaard fue la última en salir.

El IAGO se encontraba al máximo de su capacidad, con un gran número de personas tratando de ingresar para despedir al filántropo. En el exterior se encontraban estudiantes de diversos niveles educativos del municipio de San Agustín Etla, además de la banda de música juvenil de ese poblado, que el propio Toledo apoyó con diversos proyectos, así como con la creación del Telebachillerato Comunitario y la construcción del inmueble que está por concluirse.

Al final, Sará López se dirigió a los medios de comunicación, a los que agradeció el apoyo a lo largo de los años y haber respetado el deseo de la familia y su privacidad en este momento.